martes, 20 de octubre de 2015

La aspiración.

    No quiero una oficina en lo alto de un edificio, porque me cansaré subiendo escaleras o probablemente sienta vértigo y claustrofobia en el ascensor. Ni siquiera en cualquier edificio quiero una oficina. Ni siquiera quiero una oficina.
    Me basta un rincón calentito -al menos más que el que tengo ahora- y algunas cosas básicas. Un vaso de agua, una silla, un lápiz. No pido más.
    Pero en cambio tengo una oficina en un edificio, que si bien no es alto, es bastante grande. Me canso subiendo la escalera, aunque me conformo porque es el único ejercicio del día. No hay ascensores porque no tiene más de cuatro pisos.
    Tengo algo menos que un rincón calentito y algo más que un lápiz, una silla y un vaso de agua. El agua puede ser o no caliente. Tengo más.
    Pido tener menos.