lunes, 9 de abril de 2018

Aire a Parra...

La lluvia no fue una excusa
para que te fueras.
Y ya que estamos,
tampoco te hizo volver.

(Por marzo).

Sin identidad de género.

Esta historia ya se contó y de la misma forma; pero nunca la leí, porque mi corta vida no alcanzó para leer todo lo que se ha escrito.
La descripción del entorno será trivial, así que pasaremos de esa parte, al diálogo:
- ¿Te gustan las manzanas? - le dijo.
- De preferencia después de la comida - respondió.
Luego se abrazaron, porque parecía lo lógico en ese contexto (que no describiremos, para evitar lo trivial), sin exceso de amor, casi amistosamente.
Se separaron. Pasaron cinco minutos y comenta:
- La comida está en su punto.
- Le falta sal, pero me conformo.
Después de media hora, caminan unos minutos, y luego suben dos tramos de escalera. No toman precauciones y entonces, en la habitación, se entregan al amor. No sabemos cómo, pero sabemos que están ahí.
Al día siguiente, la despedida roba un beso, a escondidas. La puerta se abre, luego, para cerrarse por el resto del día.
Aquí termina la historia.

(Por febrero).