Mi vida aquí puedo contarla en una página. Una página con nueve espacios. Uno para cada mes. Para cada dos meses. Para cada tres meses.
Mi vida aquí es mayormente roja y negra. Siempre quise que fuera verde, pero la paciencia no es suficiente.
Mi vida aquí tiene carencia de delicadeza. El simbolismo que comanda la historia, de una entre cien, se vuelve la vida real. Carente de delicadeza.
Mi vida aquí no la pensé, tal vez la quise, pero no la pensé. Me lancé como se lanzan decisiones sobre la mesa, a veces.
Mi vida, como en otras cosas, se precipita sobre lo que busco y quiero. Pero depende dónde busque, encuentro o no encuentro.
