Tal vez apropiada para estos tiempos:
En aquella época llovía todo el tiempo. Como si la naturaleza se entristeciera por lo artificial y se empeñara en el agua y el frío.
Las calles inundadas, los perros vagabundos muriendo de frío y la gente en sus casas. Ajenas, tibias, ignorantes y cobardes.
Un grupo de unos veinte jóvenes, incansables, hambrientos, quemando neumáticos en las calles desiertas, húmedas. No sé cómo soportaban el viento helado y la lluvia, recorriendo la ciudad con su arsenal.
La luz provenía sólo de aquellas fogatas. El cielo oscurecido de nubes, las luces de las calles rotas. La gente en sus casas, encerrada, amurallada; tranquila.
Tampoco me explico cómo el viento y la lluvia no apagaban aquellos fuegos. Tal vez la naturaleza veía una forma de destrucción de lo artificial en esas llamas.
La ciudad en llamas.
Ellos decían: "En algún momento deberán salir y escucharnos", mientras recorrían sin descanso la ciudad, atizando los fuegos. Hacían turnos para dormir un poco en algún sitio o para buscar algo qué comer en las tiendas desiertas.
La ciudad les pertenecía. Una ciudad saqueada, esquelética. Una ciudad sin identidad ni nombre ni autoridades. Sin guardias, sin niños, sin ruido. Una ciudad desgastándose, perdiéndose, olvidándose.
La ciudad en llamas.
0214062005
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