No siento el agua. Camino sobre ella, la observo. Llueve y gotea. Pero no siento el agua. Tiene el mismo poder de siempre: me atrae. Pero no es notoria su presencia. Lo mismo si estuviera como si no. Pensé que estar cerca del agua sería diferente.
Debo asumir que cambié. Es difícil, teniendo claro que esa nunca fue mi intención. Pero si no lo asumo es como si no hubiera pasado y pasó. Cambié.
Ni las letras son, ni las palabras, ni los días, ni las noches, ni la luna, ni los ríos... o tal vez los ríos sí. Pero lo demás no es lo mismo. Me enredo, me tupo, me trabo. Rutina. Caminos que no regresan. Asumir. No ser más plasticina o serlo con otros propósitos. Fome.
Trato de regresar pero no resulta. Trato de volver a vivir como antes... Tal vez no era lo mejor, pero algo me falta.
Finalmente, es necesario complementar. Eso también es difícil asumirlo.
Genial :)
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